Absurdo y Muerto

Quise comerme solo la espuma de la cerveza y las cascaras de una mandarina. Beber de una copa azul lapislázuli, el zumo de azahar y dama de noche del seto del jardín de mi casa. Quise volar montado en una libélula intrépida. Llegar a una colina verde albahaca y esperar que salga el sol apasionado y torne el color verde, al matiz de la esperanza.

Quise dos abrazos (un rato de paz) Y un murciélago como amigo que me diga qué ve cuando el mundo está al revés.

Pero hoy me he levantado sin ganas, con las sabanas en el suelo y envuelto en la cama con una película traslucida de una pena pegajosa que cubría todo mi cuerpo.

No he comido. He bebido dos vasos de agua del grifo, tres tilas, y he bajado a comprar tiritas, pero no había "tamaño grande" que tapara mi mente y mi pecho de esta herida.

Hoy son de esos días malos que lo único que te tapa es una nube gris en forma de capucha. Te persigue por mucho que andes... por mucho que te pares...

Las barbas crecen y las uñas, estos no se paran con nada, es lo único que sigue con vida cuando estás muerto. Y si no lo estás, para que parezcas un Nosferatum con vaqueros, tabaco y gafas de sol. Todo un fashion-boy.

Creo que no es un buen momento para escribir, mejor paro y abro la ventana a ver si aparece el insecto que me lleve a alguna flor del paraíso para dormir un rato entre pétalos.

Aunque hacen falta cuatro bolsas de rosas para compartir mis espinas y entender a este Faquir que escribe con la tinta más negra y el bic más mordisqueado de la "Alta Escuela".

Absurdo y muerto. Solo para entendidos.

Os dedico un mar de luz, para los naúfragos que se ahogan conmigo.