3

Ya estaba junto a la puerta y un letrero ponía:

"Bienvenido a Santanis Boheme"

Horario de 23.00 a 6.00

Tiré el azucarillo y dejé que se fuera ayudado por el viento. Crucé la puerta, y bajé un par de peldaños, una flama rápidamente coloreó mis orejas de rojo, froté mis manos y me dejé calentar por la caldera de aquel lugar. Las bombillas titilaron con mi presencia. No había nadie. Me dirigí hacia la barra a esperar que llegará el camarero. Mientras tanto observé aquel lugar cavernoso donde descubrí un pasillo largo que llevaría al "servicio de caballeros" al que mi vejiga no iba a permitirse ir.

Ya estaba siendo lo suficientemente gilipollas para estar en este lugar con horario de puticlub. Para encima entrar en un pasillo de algún libro de Stephen King. Sin ninguna duda ese túnel no me hacia gracia. Llamadme crio si quereis.

En fin, Evidentemente el local no era ninguna whiskeria de poca monta, púes estaba decorado al puro estilo barroco, no había ningún solo lugar al que no te pudieras entretener echando un vistazo. Estaba lleno de cachivaches, en una de las esquinas había un toca-discos, en otro una gramola y una silla de barbería de los años cuarenta. Las paredes estaban llenos de fotos, entre muchas había de Vietnam, Hiroshima, Alemania... De famosos como Dalí, Marilyn Monroe, Kenedy, Gandhi, Picasso, Hitler y una foto panorámica del combate de Ali contra Foreman que me encantó. También había merchandise de películas antiguas, todo un tesoro para un cinéfilo de los años 40. Pero creo que lo que estaba más colocado con mimo era una colección de vinilos de Jazz y Blues que estaban junto a un mapa de Luisiana y fotos en blanco y negro de algún concierto de saxofonistas en New Orleans. Sin ninguna duda el dueño de aquel local era un gran coleccionista.

Empezó a sonar un Blues cuando una pezuña tocó mi espalda. -Giré la cabeza y quité la cara que caracteriza a un correveidile- El camarero tenía que cortarse las uñas pensé.