café
-¿Qué va ser?
-Un café solo. Como siempre.
-¿El café o lo de solo?
-Ambas cosas.
El camarero volvió a la barra a llenar el cargador de la maquina de café, de una forma mecánica y precisa, sin apenas prestar atención a lo que hacia ya durante años. El cliente que esperaba su taza, era un hombre mayor de unos setenta años, con sombrero y unas gafas redondas, todo lo de su alrededor se resolvía en una trama de cuento esotérico, de esos que tienen dibujos a lápiz, y envuelven la historia en un halo de misterio. Su color era aguado y sus arrugas eran talladas por un cincel gordo y peligroso, que le ha dejado muecas de medio loco y medio cuerdo.
Era de ese tipo de hombre que aún utiliza cerillas para ver en la oscuridad en los días negro y de apagón. Tanto de lámparas defectuosas como en días de amargas depresiones.
Sacó su libreta sin lineas ni margenes y un bolígrafo. Empezó a escribir como cada tarde, posiblemente, en su diario.
El café llega.
Y una vez más se lo toma sin azúcar.
-¿Sabes? -lanzó su interrogante hacia mi boca- No es lo mismo escribir que reescribir algo. El que escribe inventa, y el que reescribe cuenta las cosas como fueron y son. Yo reescribo mi vida que es más difícil que escribirla. Y eso hace que tome mucho café, para estar despierto y no olvidarme de nada...El azúcar se lo pueden llevar... Eso hace ocultar el sabor real de lo que quiero tomar. Café solo sin más. ¿Qué tomas tú chaval?
15 comentarios:
Lo de reescribir, contar lo pasado puede tener un peligro, que cambies algo y no cuentes toda la verdad...
Me ha encantado.
Gracias por tu visita
El pasado es como lo recordamos. Si tratamos de escribir lo que nos sucedió siempre rescribimos nuestra vida, la memoria es muy selectiva.
Pero el observador también reescribe la historia del observado. Especula sobre los surcos de sus arrugas, su ropa, su voz, sus gestos…
Tu relato es bueno, muy visual, me voy a tomar un café sólo con poco azúcar.
Besos
... una vez leí:
"la vida no es lo que uno vivió, si no lo que uno recuerda y cómo lo recuerda para contarlo"
Besos
Lo veo en formato cinematográfico y me gusta.
Cuidado con ese "halo". No puedes (debes) permitirte el despiste.
A veces no viene mal tomar un café solo en soledad. Sin azúcar. Ni sacarina.
A veces es necesario.
Gracias por pasarse por mi blog.
el azucar mata el sabor real de las cosas. Es que a casi nadie le gusta lo amargo o lo ácido....y hay que aprender a valorar su sabor tb y no estar siempre tapándolo.
Un café recién echo nos invita a rehacer y reescribir los instantes....
Yo?
Café con leche....
:)
besos!!
Al reescribir, ¿no se reinventa la vida? ¿De verdad recordamos las cosas como fueron? Les damos pinceladas amargas o dulces, idealizamos, tiramos por tierra...
quizá sólo lo hago yo.
Porque ya sabes que vales para esto. Está claro.
Yo hace tiempo que el café lo tomo solo. Y a veces hasta con hielo.
Las cosas amargas al final saben más ricas ;)
Yo, en mi diario no escribo todo slos dias..pero si de vez en cuando porque sino se me olvida..eso de reescribir..com dice candela hay que tener cuidado...
yo casi que con azucar, que la vida ya esta bastante amarga ;) me encanta la descripción del hombre, casi me parece concerle ...
El azucar se lo puede llevar...muy bonito...como siempre.
Abracitos desde Edimburgo.
café sólo y sin azucar.. un buen resumen de la vida.l..
Fíjese, no recordaba haber escrito un comentario. Releo. Reescribo. Revivo. Y cambia todo otra vez. El recuerdo no es un libro de hojas amarillas. Quizá lo es, pero las palabras cambian, o cambia su significado, por el tiempo que pasa.
Siga usted reescribiendo, le echo en falta.
Publicar un comentario